TESTIMONIOS

Declaraciones de autores y otros profesionales que han pasado por la Editorial Bruguera

 

 

Las entrevistas de Amaníaco: Francisco Ibáñez

Por Toni Vizcarra, Jordi Cañisá y Jordi Coll

Fanzine Amaníaco núm 7, sep. 1992

 

 

En este número, los reporteros de AMANÍACO hemos conseguido entrevistar al sin duda conocidísimo F.IBÁÑEZ, y este es un resumen de la entrevista que mantuvimos con él en su estudio una tarde del mes de Julio.

 

P. ¿Cómo se le ocurrió, en una época como en la que usted empezó, ponerse a dibujar historietas? ¿Qué decía su familia?

R. Hombre, la familia evidentemente no lo entendía. Yo trabajaba en un banco, con lo cual yo tenía un plato seguro. Y no creas, aquellos tiempos eran, indudablemente, malos, pero en comparación no sé si eran peores aquellos que estos.

Por lo menos, en aquellos tiempos había cantidad de editores en Barcelona. Empezaba por una editora de cuarta o quinta fila y yo iba subiendo peldañito a peldañito hasta llegar arriba, al gran gigante que era Bruguera. Pero había muchas posibilidades para poder empezar entonces, ahora hay pocas.

P. Desde que nacieron Mortadelo y Filemón, allá por el año 1958, en Pulgarcito… ¿cómo ha visto la evolución de sus personajes?

R. Bueno, había una página en blanco por lo que sea, no recuerdo bien cómo era, y el jefe me pidió un personaje nuevo. Ahora, de cómo eran entonces a cómo son ahora, pues claro, totalmente han cambiado. No sólo Mortadelo, todos los personajes han cambiado, todos los personajes del cómic cambian.

En primer lugar porque el autor, o vaya avanzando o vaya retrocediendo; no sé cual es mi caso, uno de los dos será. En segundo lugar porque cambian los tiempos y, claro, quieras o no, aunque de forma inconsciente, pues cambia el personaje.

Aparte cambia en el aspecto de los diálogos, eran más ágiles, otros temas en sí. La propia constitución de la historieta era muy sencillita. Luego empezaron a meterse en la T.I.A., con una serie de personajes secundarios, que igual que en las películas animaban el cotarro, al ser extras y tal, y todo eso unido.

La historia cómica no cambia de hoy a mañana. Coges las historietas de este año y del pasado y las historietas son iguales. Ahora coges historietas de hace diez años atrás, pues sí, ya verás las diferencias. Coges las de 20 años, pues más todavía; coges las de 30 años y ya no las conoce ni su padre, vamos. O sea que es el tiempo el que los hace cambiar.

 

 

 

 

P. Cuando nace Gran Pulgarcito en 1969, ¿fue un precedente dentro de la Escuela Bruguera el que tuviese que dibujar historietas más largas?

R. No, porque de hecho, lo que llamáis historietas más largas, no pasan a ser más que una serie de episodios cortitos, cosidos los unos a los otros. De hecho, en un álbum de 44 páginas verás que dentro, cada cuatro, y luego cada seis u ocho páginas, podías colocar unas delante de otras y el libro no variaba nada.

Vamos, entonces se miraba en primer lugar la revista semanal, al público le gustaba que la historieta empezara y se acabara. Entonces la solución para hacer un libro era hablar sobre un tema que cada semana se pudiera empezar y terminar en ocho páginas, y que además pudiera juntarse con otro episodio siguiente, con el episodio anterior, hasta formar un álbum.

P. Bueno, el sentido de la pregunta iba porque a partir de su aparición, era la primera vez dentro de la Escuela Bruguera en que un autor hacía una historia de 44 páginas seguidas como “El Sulfato Atómico”. Es decir, no había historietas largas, todo eran historietas cortas.

R. Exactamente, y es que fuera de aquí se hacía, y fue quizás por aquellos tiempos cuando se dijo de hacer lo mismo a ver si se vendía. Y fue cuando se me dijo “hazlo por este sistema, que luego podemos hacer un libro y lo podemos vender como un libro”, y simplemente fue eso.

P. ¿Hubo influencia de los clásicos franco-belgas como Franquin?

R. Sí, sí, tremenda, absoluta. Mira, había un director que cogía un personaje y lo cogía como ídolo, como modelo, y todo tenía que ir a imitar a aquel personaje porque era lo que vendía. Igual que ocurría en Bruguera, que iban muchos chicos noveles a enseñar sus trabajos y les decían: “Si, muy bien, pero tienes que imitar a Ibáñez”, lo cual era una verdadera tontería.

Y muchos ayudantes, cuando en aquella época estaba CONTI, que era una de las viejas glorias de allí, junto con PEÑARROYA, CIFRE, que eran de lo mejorcito de Bruguera. Pues entonces ¿qué pasó?, que todo el que iba allí tenía que parecerse a CONTI. Siempre estábamos con los parecidos.

P. Esto viene ligado con lo que hablábamos antes de la escuela franco-belga… ¿el parecido de El Botones Sacarino con Gastón el Gafe?

R. Viene de ese tiempo también. Lo que pasa que éste era un botones, y yo había sido botones en mi tiempo, y dije: “mira, vamos a retratar un poco las desavenencias de cuando era botones con un personaje”

P Hablando del ritmo de producción que se llegó a marcar en la Editorial y que llevó a contratar lo que se llamó “negros” de Bruguera… ¿Qué opina de la labor que se hizo con sus personajes?

R. Bueno, cuidado, ha habido cosas. Primero, hubo que se tenía que hacer mucho trabajo, cantidad de páginas, tremendas… yo he llegado a trabajar hasta un promedio de 20 páginas semanales. Tenía que hacerme el guión, lo principal de la historieta, empezarme el guión por lo menos, algunas páginas estaban terminadas a pluma, otras a lápiz, terminaditas ¿eh?, para que luego viniera otro y las pasara a pluma. Eso tenía perdón, porque se le daba masticado y sólo se limitaba a repasarlo.

Lo que ha habido luego ya ha sido que al querer más trabajo, eso fue ya en los últimos tiempos, la cosa empezaba a ir mal con la editora, cuando ya chocábamos y tal, hubo pleitos y todas esas cosas, yo cogí un equipo en el que uno hacía el guión, otro hacía el dibujo a lápiz, otro lo pasaba a pluma… imagino que habría otro que lo comprara y lo leyera porque aquello resultaba desastroso.

P. En algún momento, cuando ya estaba en la cumbre del éxito, ¿pensó en dejar Bruguera y dedicarse al mercado internacional, para otras editoriales?

R. No, porque trabajaba para el mercado internacional a través de Bruguera, claro. Lo que la pelea continua, claro, estaba cuando el reparto de beneficios. Eso fue una de las cosas que me llevó a la enganchada final, no. Ahora, en el mercado internacional ya estaba, y continúo estando.

 

 

Autorretrato con sus personajes

 

 

P. Cuando de plantea un álbum, desde la sinopsis hasta el álbum final, ¿qué camino sigue en cuanto a esbozos, guión, etc.?

R. No, bueno, mira, lo que importa es el tema. Por ejemplo, en “El Plano de Ali-Gusa-No”, la cuestión era encontrar un plano, luego ya es variar ambientes, de situación… o sea, en un barco, en un hospital, y en cada uno buscarle los gags. Luego que la historia tenga una cierta continuidad, es decir, que se pueda leer sin tropiezos, y empezar a escribir el guión. Y luego con el guión, como la pauta del músico, tocar la trompeta, es decir, empezar a dibujar.

P. ¿Cuál de los personajes que ha creado le ha dado más lástima que el público olvidara?

R. Ten en cuenta que el público nunca olvida absolutamente ninguno.

P. Pero hay personajes que tuvieron una vida muy corta…

R. Bueno, sería por falta de tiempo. Yo tenía cinco, seis personajes, cuando de Mortadelo sólo salían dos páginas semanales; entonces tenía tiempo de hacerlo todo. Ahora, cuando Mortadelo se convirtió en cinco, seis, ocho páginas semanales, pues entonces no daba tiempo de hacerlo todo, claro. Hubo que ir eliminando. Ha sido más que nada cuestión de tiempo. Algunos se han vuelto a publicar.

El personaje de Rompetechos a mí me gustaba mucho. Ten en cuenta que todos los personajes eran parejas, y ese era solo, con lo cual liquidaba la página en nada, pero tuve que dejarlo por falta de tiempo.

P. De los personajes de 13 Rue del Percebe, ¿había algún personaje que existiera realmente?

R. Exactamente no. Dicen que si el personaje de la buhardilla era otro compañero dibujante.

P. ¿Vázquez…?

R. ¿El personaje de allí? No hombre, no, en absoluto, ja, ja… Pero no, era una cosa para llenar la página esa.

P. ¿Por qué no se ha podido recuperar la serie?

R. No, no, que te refieres ¿a 13 Rue…? Lo han vuelto a publicar ahora, son los mismos de antes.

P. Pero no son páginas nuevas…

R. No, no, son las mismas de antes… El tiempo, es que no tengo tiempo de hacerlas, imposible, el tiempo. Lo que ocurre ahora es que no puedo trabajar con la velocidad de antes. Ya en los últimos años he pagado la factura de estar trabajando durante 30 años, de haber estado pegado al tablero, sin fines de semana, sin vacaciones, nada. Al final, pues claro, una vértebra del cuello ha fallado, se me ha esguinzado. ¿Cómo lo llaman esto…? Un punzamiento cervical, y esto me afectó a los nervios del brazo derecho. Y con tantos dedos como tenemos en el cuerpo, veinte dedos, me había de fastidiar precisamente éste. O sea que estoy trabajando las mismas horas de antes, pero produciendo menos, porque no puedo ir a la misma velocidad de antes. No sé, si pudiera ir a la misma velocidad de hace 10 años, podría salir un 13 Rue de Percebe más, o más páginas de Mortadelo, u otra cosa, yo que sé.

 

 

P. En las historietas de El Botones Sacarino, el personaje del director, ¿era alguien conocido?

R. Sí, era de allí. Éste y otro del que os hablaba antes eran de allí, de la casa grande. Incluso, no sé si llegó a aparecer siquiera, las primeras páginas era polémico por su cara. La primera vez se lo tomó como broma y sonrisas. La segunda ya no hubo sonrisas. Y a la tercera, yo no estaba allí en aquel momento, pero cuando llegaron las páginas a sus manos, las tiró por el suelo y dijo que recortaran aquellas cabezas, que las cambiaran… Y el personaje ya no volvió a salir.

P. ¿Y el director quien era? ¿Era el director de Bruguera?

R. De Bruguera, sí, sí, exactamente.

P. ¿Y siempre le pasaban esas cosas, o era exagerado?

R. No, no. Era una nota que hacía yo de coña dentro de la Editorial, como diciendo: “vamos a reírnos del tigre”, y tal. Y ya te digo, las primeras páginas, mira, por aquello de que yo soy el director de revistas de humor y que no se diga que no tengo humor, ¿sabes? Pero en las siguientes…

P. ¿Qué participación tuvo en las películas de dibujos que se hicieron de Mortadelo y Filemón?

R. Eso tuvo mucha gracia. Al parecer se hizo un contrato según el cual tenía que supervisar el guión, los dibujos, y si había que hacer algún cambio antes de que se proyectara, pues tenía que indicar el cambio que quería que se hiciera; en fin, dar el visto bueno. Y la primera película de Mortadelo yo la vi en un cine de aquí, de Barcelona… y pasando por taquilla. O sea, que estuve totalmente al margen.

P. ¿Considera que en este país se valora suficientemente el cómic o es un arte menor?

R. ¿Qué es un arte mayor y un arte menor? ¿Qué es valorar o no valorar? ¿Y quien lo valora? Mira, si te refieres a premios oficiales y tal… mira, yo no los quiero. Para mí, ¿sabes cual es mi premio? Cuando recibo la carta de aquel chico y me dice que le gustan mucho los dibujos, que tiene tantos Mortadelos y tal, o te pide un dibujito. O un señor mayor... tenía un abogado que decía que tenía muchos problemas al cabo del día, pero llegaba la noche, se metía en la cama, cogía un Mortadelo y se dormía tan ricamente. Eso es para mí lo importante.

P. ¿Tiene idea de la cantidad de páginas que ha llegado a dibujar, o ya ha perdido la cuenta?

R. Huy, ni idea. Si de Mortadelo se han hecho, aparte de las historias cortas de una página, dos, tres, cuatro ó seis, que eran una sola historia, que al final no tenían continuidad; libros de estos de 44 páginas se han hecho ciento y pico, sólo con esto, pues cuenta, cuatro mil quinientas… solamente con esto calcula los dobles, demás personajes y todo eso… yo creo que debe ir por los diez mil o así.

P. Queremos comentarle una cita que hemos leído, que resulta bastante impresionante sobre su obra. Dice: “… su personalidad (la suya) ha sido tan avasalladora que resulta difícil discernir si el estilo Bruguera creó a Ibáñez o ha sido Ibáñez el que ha creado el estilo Bruguera…”

R. Je, je. No, no, las cosas como son. En la época en que Bruguera empezó a ascender y llegó a ponerse en primera línea del cómic aquí en el país, fue en buena parte gracias a este señor que os estaba diciendo, este director. En su tiempo, este hombre era también guionista. O sea, él, siguiendo unas líneas, hizo los guiones cambiando el estilo de hacer historietas que se hacía por entonces. Te estoy hablando ya de hace cerca de 50 años. Cambió la forma de hacer el personaje y consiguió que la revista de aquel entonces, el Pulgarcito, DDT… se colocaran en primera fila. Le dio un empuje y tiene el mérito de haber creado entonces la verdadera Escuela Bruguera. Yo no hice más, quizás, que darle un pequeño giro en los últimos tiempos.

P. ¿Qué opina de la crítica que se ha hecho sobre su obra?

R. Me da igual. Porque muchas veces la crítica que hacen de tu obra sólo la lee el propio autor y nadie más.

P. De todos los países donde se ha publicado su obra, ¿cuál ha sido el más receptivo?

R. Alemania, indudablemente. Mira, recibí el otro día una carta del editor de allá, que me decía que el año que viene se celebran los veinte años en que se está publicando Mortadelo, y se celebraba también la copia número CINCUENTA MILLONES de Mortadelo publicadas en Alemania. En distinto formato, distintos álbums, pero la copia cincuenta millones de álbums publicados allí.

P. ¿Puede adelantarnos algún proyecto futuro?

R. No, no, imposible. Con la cantidad de páginas que estoy haciendo, imposible. Cuando aprenda a dibujar con la otra mano, quizás sí, pero por ahora, imposible.

Se hizo algo distinto en la época que tuve los pleitos con Bruguera, cuando se creó la revista GUAI!, y tal. Se hicieron unos personajes nuevos para pasar aquel lapsus de tiempo, para cubrir… Prácticamente no podía ni trabajar con mis propios personajes. Luego se solucionó aquello, volví a trabajar con Mortadelo y Filemón, y los otros personajes… no han muerto, porque a la gente le gustaba, pero están de momento en el baúl de los recuerdos, en espera que lleguen otros tiempos.

Y esto es, resumida, la entrevista que tuvimos con Francisco Ibáñez, al que queremos agradecer la atención que tuvo con nosotros.

 

 

Ver también

Ibáñez: declaraciones de prensa

 

 

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