¡Oh, el mundo gira!

 

 

DISCURS.O.S. por Melguencio Melchavas
Número 100
11-11-99
Telefónica es la mejor
Había una vez una empresa, propiedad de todos los españoles, que daba el servicio del teléfono, cobrando unas tarifas que revertían al propio Estado. Como el uso de este medio de comunicación se popularizó, los beneficios de la empresa iban viento en popa. Los encargados de administrar el dinero de todos, pensaron que si la vendían, ganarían para el erario público unos millones que servirían para reducir el déficit ante las exigencias de la Comunidad Europea. Pero sobre todo se dieron cuenta de que si liquidaban Telefónica, sus ya repletos bolsillos iban a estarlo muchísimo más. El plan consistió en elegir a cien ciudadanos cercanos al Partido Popular, colocarlos en los cien primeros puestos de la gigantesca empresa, y privatizarla. Otra vez dos pájaros de un tiro: como la compañia posee la mitad de los medios de información, la mordaza en la opinión está asegurada. Y además, regalando 4.500 millones de pesetas a esos cien amigos, el pelotazo se hizo carambola. El mercado de opciones y futuros es una manera de apostar en bolsa, absolutamente legal. Eso es exactamente lo que hicieron los miembros del gobierno español: repartir boletos con el nombre del caballo ganador entre sus amigos. Las acciones de Telefónica han experimentado una subida espectacular desde aquel día del reparto del botín, y los caballeros directivos viven hoy felizmente forrados. En pocas ocasiones queda tan claro que la ética y la legalidad son conceptos diferentes. Y si es usted uno de los cien elegidos, convendrá con nosotros en que la diferencia es notable. Las demás firmas de telefonía son una porquería comparadas con Telefónica, que es la única que reparte millones con la desfachatez propia de las grandes multinacionales, demostrando con sus técnicas viles que, sin duda, es la mejor.
 

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