¡Oh, el mundo gira!

 

 

Número 117
26-12-99
El discurso del rey
Todos los años, en España, el rey don Juan Carlos pronuncia un discurso navideño, una reflexión en voz alta que todos los ciudadanos, e incluso los pueblerinos, vemos por la televisión absortos en esa imagen del máximo mandatario del país. Todos los años, el rey, con esa curiosa dicción que le caracteriza, tiene palabras de concordia, de paz para todos los españoles, de alegría, felicidad y buenas intenciones. Y los periódicos, al día siguiente, se hacen eco de las frases más importantes de su discurso, que suelen referirse a los problemas más acuciantes, a las cuestiones de candente actualidad, sin llegar a servir la polémica en bandeja, pero sin pasar por alto realidades sociales que están ahí, cómo no. Pues bien, este servicio público intitulado DiscurS.O.S. tiene a bien ofrecer a la sociedad en general una iniciativa fresca: la redacción voluntaria del discurso que habrá de pronunciar Su Majestad dentro de un año, en diciembre del 2000. Aquí tienen la transcripción completa:
"Españoles: ante todo quisiera desearos unas gratas celebraciones, y que todos estéis convencidos de que España es la mejor. No puedo pasar por alto que este ha sido el año de los tres ceros, con un dos delante, o sea el dos mil, y que esta efemérides tan importante ha servido para colocar a nuestro país en el lugar que por derecho le pertenece. Mi familia y yo queremos transmitiros que se abren grandes horizontes de esperanza en este comienzo de milenio, y los avances tecnológicos, unidos a una adecuada gestión de la educación, servirán a buen seguro para que las cosas malas como la guerra, los accidentes de tráfico y el tabaco sean erradicados sin paliativo. En este tema no podemos quedarnos a medio camino en la total repulsa, firmes desde las más altas instancias. (Cambio de plano: ahora mira hacia la izquierda). Y cuando se cumplen cien años del nacimiento del cineasta más aclamado, debemos rendir un sentido homenaje a esa figura universal: Luis Buñuel, que supo ejercer la crítica a la burguesía desde parámetros estéticos innovadores, con proposiciones antisistema válidas aún hoy. Deseando que sus inclinaciones ideológicas, su ateísmo gracias a Dios, su vanguardismo radical y su defensa a ultranza de la libertad de pensamiento nos guíen a todos, reitero mis deseos de un 2001 venturoso, y que cual Ulises intergalácticos, sepamos navegar con tino por los procelosos mares de la Odisea en el espacio que nos espera."

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