CAZA MAYOR

Por Antonio Tausiet

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Los ministros del gobierno de Aznar son aficionados a la caza. Y cazan con el mismo estilo con el que cazaban Franco y sus ministros. Como si Berlanga nunca hubiera dirigido La escopeta nacional, como si la Historia de España se hubiese congelado en la cara de bobo de Arias Navarro. Manuel Fraga caza hoy como cazaban ayer aquellos fascistas, porque Manuel Fraga es uno de ellos, avejentado pero matarife. Osos pardos cuyos cuerpos inertes le servían para explicar ufano que el pene del oso se articula mediante un hueso que don Manuel conserva como trofeo. Como inertes los cuerpos de aquellos a quienes la muerte les venía dada por decisión del régimen que les abatía. Hoy, con la pena de muerte abolida, a los ministros del PP les queda la caza. Y mientras cazan, negocian con los mandos intermedios sus prebendas. El ministro de Fomento concede mil millones a un aeródromo con vistas al bolsillo de un diputado provincial con el que practica el deporte de la caza, informan los diarios. Y mientras, sigue matando. Y sonríe. Porque Álvarez Cascos sonríe mucho con su cara de boxeador, como sonríen todos los diputados en el congreso por el partido de Aznar cuando alguien en la oposición insinúa que los inmigrantes son personas. Ahora las leyes las hacen ellos de nuevo, y nadie va a consentir que se reconozca a un pobre su derecho a vivir donde quiera. ¿Para qué si no se han dedicado estos asesinos a acumular solares desde que se inventó la plusvalía? Para alojar al mejor postor, mientras ellos descargan los cartuchos de sus rifles. Y los inmigrantes muertos son los nuevos humanos muertos por las manos sangrientas de los poderosos. Hemos pasado del fusilamiento a la patera. Caza mayor.