VIVA LA ULTRADERECHA
Por Antonio Tausiet
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Esos chicarrones con sentido del honor son fenomenales. Gracias a ellos se conserva la memoria de símbolos tan entrañables como el escudo de España con el águila real. Ellos son los que guardan viva y bien registrada la palabra Libertad (Radio Libertad, propiedad de José María Ruiz Mateos). Ellos los que adoran la imagen de Cristo Crucificado y ven la Santa Misa los domingos por la mañana en la Televisión Pública, dada su incurable enfermedad mental, que los exculpa de no asistir en directo. Ellos los que veneran a la Virgen María y escuchan sus mensajes a través de la COPE, emisora propiedad de la Iglesia Católica, tan arraigada en Kansas, USA, donde gracias a Dios existen todavía el St. Mary's College y el Ku Klux Klan. Aún merece la pena leer el diario ABC, sobre todo los jueves y en Madrid, porque su archidiócesis reparte un suplemento que da alegría fascista a los corazones. Y no olvidemos nunca al periódico El Mundo, que empujó con brío al poder a nuestros actuales próceres... ¡Qué felicidad viajar de vez en cuando a Barcelona y poder visitar su famosa librería nazi, siempre abierta al público para hacer gala de la libertad de expresión! Y Francisco Franco, líder espiritual de nuestros amigos, guiándolos con su ideario desde la tumba del Valle de los Caídos. Cuántas denominaciones, qué riqueza de vocabulario: cristeros, sinarquistas, tradicionalistas, carlistas, excombatientes, alféreces provisionales, católicos, populares, nacionales, falangistas, franquistas, fuerzanovistas... Y qué cantidad de organizaciones, esos picarones, siempre con el antifaz de asociación cultural, juvenil, ecologista... aunque a veces se autodenominan con nombres reveladores: Junta Nacional De Seglares Católicos Españoles Para La Reconquista De La Unidad Católica de España, o Tradición, Familia Y Propiedad Covadonga. Organizaciones también de carácter exclusivamente religioso, como Lumen Dei, o Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote, compuestas por siervos de Dios tan prestos a las faenas ultras que para sí los hubieran querido Don Pelayo o El Cid Campeador... Pero la hazaña más meritoria de la derecha española ha sido, históricamente, aglutinar en un solo partido todas las sensibilidades, desde los partidarios de la tortura hasta los más puros defensores de la raza aria. Desde los obispos activistas en las asociaciones provida del Opus Dei hasta el último soldado voluntario del ejército español. Desde algún arrogante presidente de gobierno hasta la más humilde monja de clausura. Todos unidos, con el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo español, que les ha dado su voto masivamente y espera ansioso a las próximas elecciones para ofrecer una lección de civismo democrático, refrendando el poder absoluto de esos chicarrones con sentido del honor. Sólo nos queda aguantar el chaparrón del reparto de prebendas que ahora llaman liberalización de las empresas estatales; de las reformas educativas que nos retrotraen al tiempo de las palizas impunes; de la subordinación al manejo de energías contaminantes por parte de las potencias; del definitivo entierro de las regiones del interior con planes faraónicos que sólo benefician a los estafadores; del olvido de la ciencia, el arte y la cultura, para sustituirlas por los toros, el fútbol, la televisión del abismo vacuo, los sorteos, los fascículos y las farolas alfonsinas. Seguiremos empapados en el pánico al mirar hacia el futuro y ver un espejo de aumento que nos ofrece nuestras espaldas flageladas con la sangre ya fría y seca porque el tiempo cansino del retroceso continuado da sed de ilusión, de mejoría y de vida... pero se terminó la curva en lo alto del cerro y podemos contemplar en toda su extensión el valle colmatado de cadáveres y ya no nos quedan lágrimas de furia para embestir otra vez contra el muro impertérrito de las lamentaciones. De Isabel y Fernando el espíritu impera.