LA CUMBRE DE ZARAGOZA

Por Antonio Tausiet

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El viernes 22 y el sábado 23 de marzo de 2002, los ministros de defensa de la Unión Europea se gastarán parte de los euros del estúpido presupuesto para la guerra, en sus comidas, juergas y derroches de Zaragoza. El Partido Popular de Aragón, siempre velando por los intereses de los ciudadanos, pidió a Aznar expresamente que se celebrase en Zaragoza la Cumbre de Defensa, en el marco de la presidencia española de la Unión.

 

Entre enero y junio de 2002, se van a celebrar 14 cumbres como esa. A Zaragoza le toca precisamente la de Defensa, siguiendo con su repugnante tradición castrense (aún hoy, el cuarenta por ciento del término municipal es de propiedad militar). No sólo porque están construyendo una Unión Europea de espaldas al ciudadano, basada en la rentable Ley de la Selva; no sólo porque el partido que gobierna en España es de la peor ranciedad ultramontana; no sólo porque mantienen a gran parte de la sociedad lobotomizada: hay que contestar a la Cumbre de Zaragoza, porque es una cumbre de Señores de la Guerra. Y hay que dejarles claro que somos bastantes los que queremos que nos dejen en paz.

 

Así que todos los ciudadanos que odiamos a los matarifes, debemos apoyar como una piña a los integrantes del Movimiento de Resistencia Global, que prepara movilizaciones contra los guerreros de la Europa cadavérica. Y tenemos que estar en guardia ante la Guardia Civil, que también prepara movilizaciones, como no podía ser de otra manera, apoyados por la Policía. Las llama Unidades Especiales de Intervención Rápida. Claro, claro. Sesenta agentes para aparecer en cuanto se rompa un escaparate. Asimismo, van a emplear helicópteros para emitir imágenes en tiempo real a los centros de mando. Y encima, están actualizando los ficheros policiales, según ellos para identificar a los infiltrados. Cómo pueden ser tan rematadamente falsos. ¿Por qué no utilizan la intervención rápida para paliar la miseria? ¿Por qué no usan sus ficheros para depurar fascistas en su propio seno? ¿Por qué les parece mal un cristal roto aquí como símbolo, y les parece fenomenal una ciudad entera con los cristales rotos por ellos mismos, en cualquier ciudad donde hacen sus asquerosas guerras?

 

Esperemos que los Ministros de Defensa de la Unión Europea se vayan de Zaragoza con los gritos que piden justicia resonándoles en los oídos, se vayan arrastrados por el cierzo de marzo, se vayan escupidos por las aguas del Ebro, se vayan barridos con las tierras de sus propios solares, y el vómito de su presencia se diluya con la ventura de su ausencia.