¿LA PUERTA SINHAYA?

Por Antonio Tausiet

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Según el actual Director General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Antonio Mostalac, “Los últimos descubrimientos realizados en el tramo final de la calle D. Jaime, comprueban, con la aparición de un tramo de muralla, y restos de pavimentos, la inexistencia de la supuesta Puerta Cinegia y la prolongación del cardo máximo” (Atlas de Historia de Aragón, Caesaraugusta. Institución Fernando el Católico, 1991). Queremos pensar que se refiere a que no se han encontrado vestigios de la “supuesta Puerta Cinegia”... en el tramo excavado. Lo cual era predecible, ya que consultando cualquier plano de Zaragoza podemos ubicar sin margen de error el emplazamiento de la puerta sur de la ciudad romana: a la entrada del llamado “Tubo”, en la actual calle de los Mártires, llamada oficialmente hasta 1860 “calle de la Puerta Cineja”. Catorce años después, durante la estancia de José Martí en Zaragoza, éste entabló amistad con un negro cubano que se llamaba Simón, y “se ganaba la vida de limpiabotas en el Arco de la Sineja y de criado en la casa de huéspedes de la calle Manifestación” (Carta de José Martí a Blanca de Montalvo, 1874). Y durante todo el siglo XX, los zaragozanos nacidos en sus comienzos siguieron llamando al “Tubo”, “el arco Cinegio”.

 

También podemos acercarnos hasta allí, y observar que en la acera de los pares aún quedan las dovelas del arranque de su arco. Por supuesto, no de la Puerta original, sino de la remozada en 1492 y destruida en 1809, tras la toma francesa.

 

Pero detengámonos en la denominación de la puerta. Cineja o Cinérea vendría de las cenizas de los Mártires “perseguidos por el cruel Daciano” que vivía “frente a la puerta escusada de la iglesia de san Gil” (Guía de Zaragoza, 1860, pág. 231). O bien, de un “prefecto de los judíos, Cinegio”, que habitó “frente a la puerta pequeña de la iglesia de san Gil” (Descripción de las calles de Zaragoza, 1863, pág. 43).

 

Pero según el historiador José Luis Corral, Cinegia provendría de Sinhaya, denominación que éste atribuye al arrabal musulmán del siglo XI que se extendía por el actual Paseo de la Independencia (a la salida del “Tubo”, desde la Plaza de España), e incluía también la plaza de Salamero y la calle de Azoque. (El hasta hace poco tiempo llamado “Arrabal de curtidores”). Según el propio Corral, “aquí se instalaron bereberes de la tribu de los Sinhaya, aunque el arrabal es anterior” (Historia de Zaragoza. Zaragoza musulmana, 1997, pág. 60).

 

Vemos pues cómo la denominación del arrabal parece ser fruto de la fecunda imaginación del historiador y novelista. Y en segundo lugar, atribuir la deriva etimológica Sinhaya-Cinegia, sería apasionante con un mínimo de pruebas, o quizás alguna pequeña evidencia. Pero hasta la fecha no se han hecho pública ni unas ni otras.

 

Por otro lado, setecientos años antes del asentamiento bereber en Saraqusta, a finales del siglo IV, un tal Materno Cinegio (tío del emperador Teodosio) tenía una villa –Carranque- a las afueras de Toledo (excavada en 1983). Es un ejemplo incontestable de la existencia de esa denominación exacta, lo cual arroja mucha más probabilidad al origen romano del nombre de la puerta.

 

Hemos partido de unas afirmaciones ambiguas del señor Mostalac, el mismo que en una semana se desdijo de sus apreciaciones sobre los restos musulmanes de Independencia, según convino a la estrategia política del Partido Aragonés, prohibiendo el derribo tras haber manifestado que el yacimiento carecía de importancia.

 

Y hemos acabado analizando el rigor histórico de la supuesta máxima autoridad sobre la Zaragoza Musulmana (además de Corral, proliferan en la actualidad “grandes novelistas” aragoneses que tergiversan la Historia a su conveniencia, como Carmen Espada o Ángeles de Irisarri).

 

Sólo nos queda desear que luzca la verdad histórica para intentar que todos los zaragozanos acabemos conociendo un poco más nuestro pasado, un ejercicio más que saludable: imprescindible. Y para ello invitamos desde aquí a que los investigadores que puedan aportar más datos los hagan públicos lo antes posible.