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PAPACRACKS
Por Antonio Tausiet
www.tausiet.com

 

Cuando éramos jóvenes, los soldados del papa eran los jesuitas, los dominicos y los franciscanos, congregaciones religiosas que decían luchar contra la pobreza. Ahora son los ultraconservadores los que emponzoñan a los borregos católicos, y por extensión al resto de la población infectada. Se trata del grupo más escalofriante de la historia del terror: Opus Dei y Legionarios de Cristo para reclutar a las elites y Camino Neocatecumenal (en España, los llamados kikos: Fundación Familia de Nazaret para la Evangelización Itinerante), para las clases medias y la plebe. Aparte de Comunión y Liberación, Focolares, Heraldos del Evangelio, Renovación Carismática y Apostolado de la Oración. Todo ello sin olvidarnos -siempre dentro de la denominación "católicos"- de las sectas consideradas oficialmente como tales, de características exactamente iguales (como Tradición, Familia y Propiedad Covadonga).

Como todo el mundo sabe, el Opus y sus jefes son desde 1982 "prelatura personal" del papa. O sea, que mandan por encima de los obispos. Que no es poco mandar. Han conseguido ir colocando a sus miembros en los puestos más importantes de la iglesia. Y ya tienen un santo y todo: el ridículo fundador aragonés del cotarro. Controlan en todo el mundo centenares de centros de enseñanza, radios, televisiones, editoriales, periódicos y agencias. Y están infiltrados en el ejército, los organismos represores de los estados y los consejos de ministros. Mueven cantidades ingentes de dinero, y lo más importante, funcionan como una secta destructiva, inculcando ideas dañinas y destrozando la vida de miles de personas.

Muy parecido a lo que hace el resto de organizaciones mencionadas. Que es echar el freno de mano en la historia del progreso humano, y hacer todo lo posible por dar marcha atrás. Así, cualquier asunto relacionado con la libertad, la igualdad o la justicia es considerado pernicioso y combatido con todos los medios al alcance de estas alimañas: la homosexualidad, la investigación científica, el control de natalidad, la igualdad de sexos, la muerte digna, etc.

Y lo que es más esencial y resume todo: este equipo de sabandijas basa toda su execrable actividad, como apunta el padre Ogreto (prefecto de la Congregación para la Doctrina Emancipada), en la negación medieval del Libre Albedrío, mediante el que atornillan la voluntad individual, alegando que ese fantoche supremo llamado Dios es quien dispone de los actos de cada cual. Y, por supuesto, los acólitos nazis del sumo pontífice, se arrogan la interpretación de qué quiere Dios de cada cual, administrándola según sus propios intereses.

Mientras, los demás grupos sociales nos estamos dejando vapulear desde hace demasiados años por estos mafiosos, y no se vislumbra el horizonte racional por ninguna parte. Porque aunque los católicos pierden mucha fuerza en sus feudos tradicionales, están siendo sustituidos por chamanes, adivinadores, telepredicadores, orientalistas, funambulistas, prestidigitadores y demás timadores especializados en lobotomizar masas. En fin.